Se dibujan entre rebeldía, corporalidad y género, vestuario y postura.
Son espacios en donde se esta permitido ser, existir, en donde es posible darse la oportunidad de vivir sin el yugo del miedo.
Ballroom es posible por las existencias de las «house», las casas acogen para dar sendero a las personas que en el mundo tal cual lo conocemos no tienen lugar, sino muy por el contrario, el día a día es resistencia en contra de la violencia patriarcal que se ejerce sobre sus cuerpos y su existencia.
En la ciudad heterosexual, lo no heteronormativo, no tiene derecho a existir. La autodefensa a la violencia estructural que viven las personas disidentes tiene un espacio de construcción de poder, en donde se valora la existencia, con bombos y platillos, con tacos, terciopelo, tul, pasarela, musica y brillos.
Hoy las kiki, celebran la posibilidad de existir y resistir, trans, no binaries, mujeres y disidencias, forjan espacios para construir el valor propio en colectivo, siendo y existiendo.