Decía siempre la mar. Así es como le dicen en español cuando la quieren. A veces los que la quieren hablan mal de ella, pero lo hacen siempre como si fuera una mujer. Algunos de los pescadores más jóvenes, los que usaban boyas y flotadores para sus sedales y tenían botes de motor, empleaban el artículo masculino, le llamaban el mar. Hablaban del mar como un contendiente o un lugar, o aun un enemigo. Pero el viejo lo concebía siempre como perteneciente al género femenino y como algo que concedía o negaba grandes favores, y si hacía cosas perversas y terribles era porque no podía remediarlo. La luna, pensaba, le afectaba lo mismo que a una mujer.
Ernest Hemingway.
El registro fotográfico expuesto fue realizado en las caletas de Quichunto, Los Bagres, Caleta grande de Cocholgüe y Caleta del Medio de Coliumo. Todas pertenecientes a la comuna de Tomé.
Vaya dedicado este trabajo a todos aquellos que viven de la mar, los que en ella navegan, los que a ella ya no pueden entrar y los que de ella jamás volvieron. Proceso fotográfico analógico, hecho con película Fomapan 400. Revelado, positivado y digitalizado por Jorge Navarrete.